Los solsticios (del latín solstitium: sol quieto) son aquellos momentos del año en los que el sol alcanza su máxima declinación norte y máxima declinación sur con respecto al ecuador terrestre. Ocurre dos veces al año: en Junio y Diciembre.
En el Hemisferio Norte es llamado de “Solsticio de Invierno” y es el día más corto del año, marcando el paso del Otoño al Invierno (al mediodía el sol alcanza el punto más bajo de todo el año). A partir de esta fecha los días comienzan a alargarse.
En el Hemisferio Sur es llamado de “Solsticio de Verano” y es el día más largo del año, marcando paso de la Primavera al Verano (al mediodía el sol alcanza el punto más alto de todo el año). A partir de esta fecha los días comienzan a acortarse.
El 21 de Diciembre de 2017 a las 16:28 UTC * tiene lugar el solsticio de invierno.
El solsticio de invierno es uno de los dos puntos culminantes del ciclo anual natural de nuestro planeta. Este ciclo manifiesta un dinamismo que va desde la luz y el calor hacia la oscuridad y el frío, y viceversa, conformando un recorrido circular infinito.
Desde la antigüedad los solsticios fueron celebrados por las diferentes tradiciones, como una de las maneras simbólicas en que se manifiesta el movimiento cíclico del Universo.
Una de esas enseñanzas es la que refiere a los ciclos, y el símbolo por excelencia de los ciclos es el solsticio. El de verano, simboliza el pasaje del apogeo a la decadencia, del punto cúlmine hacia la oscuridad; mientras que el de invierno –que hoy nos convoca- simboliza el renacer de la luz, el nuevo comienzo.
En el universo, “nada se pierde, todo se transforma”, como ya lo expresó Antoine Lavoisier el enunciar la Ley de la Conservación de la Materia.
“Todo lo que existe, ha existido siempre y siempre existirá. Lo que no existe, no ha existido nunca, y nunca existirá” reza un pasaje del Bhagavad-Gita, el libro hindú, cuya antigüedad se estima en más de 5.000 años.
Ambas sentencias expresan que en el universo nada se crea ni se destruye. Todo muta, y esa mutación forma parte de un movimiento cíclico, ya que nada concluye realmente, sino que todo se transforma.
Aunque ahora no deja de ser algo importante, debido a que se marca el cambio de estación, lo cierto es que la llegada del solsticio de invierno era algo más destacado en la antigüedad.
Muchas religiones antiguas consideraban que el sol era símbolo de la personalidad suprema, una especie de héroe arquetípico que era capaz de atravesar las diferentes estaciones y que también descendía al inframundo para luego renacer y remarcar la victoria de la luz sobre las fuerzas de la oscuridad. La vida del hombre, podía ser similar o comparativa a las vicisitudes del Sol, de modo que la muerte de nuestra estrella, su descenso y su pérdida de luminosidad afecta de manera importante al hombre y al resto de seres de la naturaleza.
Otras muchas culturas hacían del solsticio de invierno un evento destacado. La fiesta relacionada con el solsticio de invierno más popular es la Navidad. Dado que históricamente la fecha del nacimiento de Jesucristo se desconoce, el año 354 se trasladó a la festividad solar del solsticio de invierno, el 25 de diciembre, haciéndola que coincidiera con las Fiestas Saturnales, el 25 de diciembre, se celebraba el nacimiento del Sol.
El solsticio debe recordarnos que los ciclos rigen el universo –universo no en el sentido astronómico, sino en el sentido filosófico, que enmarca todo lo existente-, y nosotros no somos ajenos a ellos. Si nos reconocemos inmersos en ciclos de diversa extensión, y de ciclos dentro de ciclos, podremos comenzar a comprender cómo se desenvuelven los elementos con los que estamos relacionados, tanto próximos como lejanos. Podremos adquirir la paciencia para esperar la culminación de cada ciclo, sabiduría para aprovecharlos, e inteligencia para colaborar con ellos.
Feliz solsticio de invierno!!!
*La hora UTC es el “Tiempo Universal Coordinado” que es el estándar horario por el cual se rige todo el mundo. Para calcular la hora exacta en los diferentes países hay que hacer lo siguiente:
- España: hora UTC + 1 horas
- México (centro) y Estados Unidos (centro): hora UTC – 6 horas
- Colombia y Perú: hora UTC – 5 horas
- Chile: hora UTC – 4 horas
- Argentina: hora UTC – 3 horas