El Reiki es una de las terapias alternativas reconocida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un medio complementario de los tratamientos tradicionales para curar a los pacientes.
Del Reiki se pueden obtener muchos beneficios, ya que actúa conjuntamente en nuestro cuerpo físico, mental, emocional y espiritual. El paciente siente alivio después de recibir esta terapia, pues armoniza y equilibra la energía allí donde estaba en desequilibrio. El resultado es una buena salud y bienestar.
Beneficios del Reiki:
1. Reduce el estrés, genera equilibrio y bienestar de manera integral, transmite paz y serenidad, la persona que lo recibe puede dejar de lado las preocupaciones y sentirse equilibrado, calmado y desestresado.
2. Armoniza, energetiza, relaja y estabiliza. El Reiki está dirigido no sólo al plano físico, sino también al emocional, el espiritual y el mental.
3. Ayuda en el proceso de liberación de las emociones
4. Acelera la habilidad natural del cuerpo para auto-sanar (enfermedades, emociones y dolores): Si has recibido una sesión de Reiki o has aprendido sobre los tratamientos, podrás acelerar el proceso de curación de cualquier patología, malos sentimientos, dolores, etc. Las enfermedades se reducen bastante con Reiki.
5. Fortalece el sistema inmunológico de los órganos y las células, lo que se traduce en felicidad y bienestar, alejar las enfermedades, etc.
6. Impulsa nuestro crecimiento espiritual, cuando uno recibe una terapia de Reiki es importante que aproveche el equilibrio, la vitalidad recuperada y el aumento de conciencia para crecer y evolucionar después de la sesión. Si uno vuelve a los viejos hábitos y formas de pensar, los bloqueos tarde o temprano volverán a aparecer.
7. Proporciona claridad mental y paz interior, ayuda que los nervios, la ansiedad o la depresión no hagan mella en tu vida, no dudes en hacer Reiki. Te sentirás más preparado psicologicamente, a mirar desde una perspectiva más amplia las situaciones que se presenten, teniendo una actitud más resolutiva.
La sanación Reiki nos da lo que necesitamos, no lo que queremos, actuando sobre el origen del problema no el síntoma.
El terapeuta no cura, sólo aplica la energía sanadora restableciendo el equilibrio energético de la persona, y es quien lo recibe el que realmente se sana. El cuerpo recupera su poder de auto-sanación pero es necesario que la persona tenga la intención de sanarse (consciente e inconscientemente). Por ese motivo, muchas veces el síntoma desaparece o se alivia durante la sesión, pero otras necesita más tiempo, especialmente en aquellos casos en los que el problema está muy arraigado.
La actitud de la persona que va a recibir Reiki tiene que ser relajada, confiada, sin mente, sin expectativas, sólo pendiente de sentir, concentrada en la respiración y en las sensaciones.
Después de la sesión es importante que la persona aproveche el equilibrio y la recarga energética para llevar a cabo los cambios necesarios con una intención clara y un fuerte compromiso de tomar responsabilidad sobre su vida.